Comenta que Linux está dirigido, actualmente, por idealistas que buscan ser responsables de la mejora más innovadora en su sistema operativo pero que no quieren preocuparse de mantener compatibilidad hacia atrás (una máxima de Windows, por ejemplo). Incluso habla de que no se piensa en los desarrolladores de aplicaciones para el sistema (aplicaciones que ahora funcionan pueden dejar de hacerlo en apenas seis meses, obligando al desarrollador a actualizarla).
Dice, también, que OS X mejoró desde su lanzamiento, siendo desde hace tiempo para muchos poco más que un Unix con el que no hay que pelearse, con visor de PDF, sin tener que configurar la tarjeta de sonido cada pocos meses y, además, con una interfaz bonita y fácil de utilizar, y que hace años (cuando había que pelear con la mayoría de estas cosas) atrajo a muchos usuarios de Linux.
El artículo en su blog (en inglés) permite entender más o menos bien sus razones para, palabras textuales, «dejar de sentirse culpable por adorar a OS X», aun a pesar de que haya quien no esté de acuerdo con él. A mí personalmente me da la impresión de que habla más de las distribuciones de Linux de hace seis o siete años que de las de hoy.
Fuente: Tirania
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