En el mundo en que vivimos, la informática se ha convertido en herramienta fundamental para el correcto funcionamiento de cualquier empresad moderna. El software, en tanto en cuanto es el elemento que le permite a un usuario sacar partido de una máquina, es una pieza clave, y la correcta elección del mismo es casi uno de los elementos más importantes a la hora de equipar informáticamente una empresa. Ahora bien, normalmente las empresas se ven subyugadas por el concepto rentabilidad/oportunidad, y ante ese hecho, deben optar por un software que sea utilizado por una amplia base de usuarios, que al fin y al cabo en parte serán empleados suyos. He aquí el hecho más importante por el cual una empresa elige software propietario en vez de libre. Pero ahora distingamos entre los distintos conceptos.
Software propietario:
El software propietario es un producto cerrado, que se nos vende tal cual, y que no podemos abrir ni modificar sin permiso de la empresa que lo ha realizado. Pero es más, y he aquí la cualidad más éticamente escandalosa del software propietario: no podemos copiarlo libremente. No podemos siquiera sacar copias del producto para nuestra propia seguridad, con lo que si la copia licenciada que tenemos se estropea o se pierde, estamos obligados a comprar otra sin remisión. Esto nos conduce a la siguiente conclusión:
No compramos software, nos lo alquilan
¿Que significa esto? Pues simple y llanamente que las licencias cerradas son simplemente contratos de alquiler. Si miramos cualquier licencia propietaria que podamos encontrar (La de Windows es un buen ejemplo), veremos una serie de puntos que van en contra de todo pensamiento comercial básico:
El software no es nuestro: se nos indica claramente que el software es propiedad de la empresa (productora), y que incluso es posible que nos revoquen la licencia.
Al ser un producto alquilado, no podemos hacer modifiaciones sobre él (aunque esto no es una consecuencia directa del alquiler propiamente dicho). Tampoco podemos realizar ingeniería inversa (en realidad, en España y otros paises si se puede, ya que las licencias suelen estar realizadas para los USA y se suelen entregar sin cambios a otros paises), lo que implica que no podemos coger un binario y convertirlo a fuente a partir de el.
Y como en todo alquiler, no podemos ni realquilarlo o revenderlo (la comunmente llamada piratería de software), pero tampoco distribuirlo en nuestros círculos ni a otras personas, aún sin que medie lucro alguno.
Estos son, digamos, los puntos más importantes que indican la falta de libertad a la hora de adquirir un software. Cuando vamos a la tienda, no estamos comprando software, sino que nos lo alquilan, con lo que podemos concluir a grandes rasgos que, básicamente, nos están engañando. Esto habitualmente se suele comparar con un coche que se nos entrega con el capo cerrado. Solamente técnicos de la concesionaria o del fabricante pueden abrirlo, y siempre que queramos hacer cambios, ha de hacerlos la misma empresa, y con sus piezas, eso tampoco podemos elegirlo... El software propietario limita y encarece nuestro software y nuestra libertad a la hora de usarlo y hacer con ello lo que creamos oportuno.
El Software Libre
En el extremo opuesto nos encontramos al Software Libre, qué es una forma de devolver al software y a sus creadores y usuarios la libertad que inherentemente tienen. Esto entronca, a mi entender, de alguna forma con la denominada "Libertad de información", entendida como que todo aquello que tienen alguna relevancia debe ser conocida por todos, y compartida sin límite alguno tanto de dinero como de otro tipo (ideología, raza, sexo, uso, etc...). Básicamente el software libre contiene en si cuatro principios que le dan sustancia y consistencia:
Libertad de uso: somos libres de usar o no usar, y de usar como queramos el software...
Libertad de modificación: tenemos acceso total al código fuente (las ordenes de texto que luego se compilan en los archivos ejecutables), y podemos modificarlo, añadir o borrar cosas libremente sin tener que dar cuentas a nadie por ello.
Libertad de distribución: podemos copiar indefinidamente ese software, aún sin pedir permiso al autor original, y distribuirlo de forma gratuita o cobrando, tanto el original como las modificaciones, sin límite alguno.
Restricción de software libre: es el punto más importante de los cuatro y es lo que le da la verdadera libertad al software. Tambien es denominado "Copyleft" (luego veremos que es). Significa que obligatoriamente, nadie podrá incorporar software libre dentro de un binario cerrado perteneciente a un software propietario. Esto implica que todo software que incorpore software libre ha de ser, por definición, libre.
¿Que es el Copyleft? Se trata con mucho del elemento más importante de los cuatro, y es sin duda lo que le ha dado auténtica dimensión al software libre. El copyleft es lo que le asegura a un programador que su software no va a ser "mal utilizado" por un desarrollador de software propietario, incorporándolo sin más a un proyecto de software cerrado, rompiéndose así la libertad del software, con todo lo que ello implica (se rompen tambien las libertades del usuario y el programador). Tanto la lógica como la ética del software libre implican que si un software nace libre, debe seguir siendo libre siempre. Luego su inclusión en un software propietario rompe con todas las reglas establecidas por el desarrollador. Esto tendrá especial relevancia en la parte que dedicaremos a la relación del software libre y la empresa desarrolladora de software.
En el práximo artículo se discutirá como afecta el software propietario a la empresa y como beneficiarse del uso de software libre.
Marcos Legido Hernández
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