Fuentes de «The Washington Post», cabecera con la que trabaja Khashoggi en la sección de Opinión, han asegurado que los servicios de inteligencia turca cuentan con esas grabaciones, que demostrarían que el periodista fue detenido por un equipo de seguridad, que después le asesinó brutalmente y lo descuartizó.
Una de las claves del asunto es que, según el diario turco «Sabah», los espías saudíes se dieron cuenta de que Khashoggi portaba el dispositivo en su muñeca tratando de acceder y borrar esos archivos de audio, pero ante la imposibilidad de tener acceso al dispositivo físico optaron por eliminar al periodista para no dejar el rastro. Fuentes de la investigación han asegurado que han podido consultar esas supuestas grabaciones. Es un caso extraño, en cualquier caso, porque lo que se ha filtrado es que los investigadores han podido hallar nuevas pruebas del crimen después de que, supuestamente, esas grabaciones se transfieran al teléfono y al servicio en la «nube» iCloud. Estas revelaciones, sin embargo, presentan varias dudas al respecto para los expertos consultados por este diario.
Pese a las filtraciones, todavía no están claros algunos supuestos. Por un lado, la novia y prometida de Khashoggi se ha mostrado convencida que el periodista portaba el Apple Watch cuando entró al consulado de Arabia Saudí en Estambul (Turquía). Algo que puede tener sentido dado que una de sus últimas apariciones en televisión se le aprecia el Apple Watch con la corona digital de color rojo, lo que indica que se trata de un modelo Series 3 -del pasado año- que cuenta con conectividad LTE, es decir, su propia red de datos móviles que permite funcionar de manera independiente del teléfono iPhone al que se sincroniza.
En ese caso, y siempre que tuviera activada la funcionalidad, el usuario podría tirar de sus datos móviles desde el dispositivo de muñeca para efectuar algunas tareas como guardar información, realizar llamadas telefónicas o mandar mensajes sin la necesidad de tener cerca el iPhone. Por lo general, el Apple Watch suele funcionar como un espejo del móvil, con el que se sincroniza y se tiene acceso a una red WiFi para recibir, entre otras cosas, notificaciones y llamadas telefónicas.
«Los Apple Watch más antiguos necesitan tener relativamente cerca un iPhone para hacer uso de su conexión de datos. Los actuales, algunos modelos más avanzados, ya tienen tecnología LTE, que permite que el propio reloj tenga datos», explica a este diario Lorenzo Martínez, experto en seguridad informática de Securízame.
Pese a las esperanzas en este sentido para revelar el crimen, según la cadena «CNN», curiosamente en esa zona de Turquía no existe cobertura LTE, con lo que el usuario -en este caso Khashoggi- no podría acceder a su conectividad sin tener cerca el iPhone. Otra posibilidad que existe es que el periodista tuviera acceso a la red WiFi del consulado, algo también poco probable a no ser que se la facilitaran previamente, en caso de que realmente sí existiera en el edificio una conexión compartida. «¿En el teléfono se habría quedado sincronizado algo?», se pregunta este experto, quien lanza la idea de buscar si existen archivos y copias de seguridad guardadas en la «nube».
Si el «smartwatch» no tuviera acceso a su conexión de datos móviles, igualmente podría funcionar pero requería de dos casos, tener cerca el iPhone para poder acceder al dispositivo matriz mediante conectividad Bluetooth -cuyo rango es muy limitado a 50 metros en Bluetooth 4.2- o una red WiFi previamente registrada. Otra teoría que se estudia es que el periodista le diera antes de entrar al edificio el iPhone, pero «a no ser que la distancia de sincronización fuese suficiente» para conectarse al dispositivo «es rarísimo».
Si es cierto que aparece este teléfono, este experto considera necesariorealizar una operación forense, aunque advierte que «si no tiene código PIN» es muy complicado. Para ello -dice- y dependiendo de la versión del sistema operativo que se tenga, si se tiene acceso al ordenador desde donde se ha hecho una copia de seguridad habría alguna posibilidad de consultar alguna información que fuera igualmente interesante para incorporar a las investigaciones. Este experto, además, se pregunta si las grabaciones le llegaron a la novia a través de alguna aplicación de mensajería instantánea desde la que se pueden compartir archivos de voz.
En caso de tener en disposición ambos dispositivos (tanto el Apple Watch como el iPhone), para acceder a ellos se requerirá de introducir el código PIN registrado. Una vez en la muñeca y desbloqueado, el reloj normalmente queda abierto teniendo el móvil cerca, pero si se apaga y se necesita reiniciarlo desde la base de carga hay que volver a introducir el código por primera vez. Hay una norma no escrita que invita a pensar que el propietario de estos productos suele registrar el mismo código, pero en este caso se desconoce si ha sido así.
En cualquier caso, en caso de no conocer la contraseña, existe un servicio forense como el proporcionado por la compañía israelí Cellebrite para poder acceder a ese contenido saltándose las restricciones del sistema operativo de Apple. En anteriores ocasiones, como la de uno de los autores del tiroteo de San Bernardino en 2015 en el que murieron 15 personas esta misma compañía proporcionó acceso a un iPhone. Un hecho que generó un debate acerca de la seguridad nacional y la colaboración de las empresas tecnológicas en las investigaciones policiales.
No solo las grabaciones pueden ser útiles para intentar esclarecer el crimen. Teniendo acceso al reloj también se podría consultar el geoposicionamiento del periodista, así como tener acceso a los datos médicos registrados por el sensor de ritmo cardiaco para intentar saber el tipo de sufrimiento que tuvo en sus últimas horas. Sin embargo, y después de todo, en las últimas horas se ha lanzado otra teoría; que las grabaciones del posible asesinato se efectuaran a través del sistema de vigilancia del consulado, desde donde se han filtrado los audios.
fuentes:abc.es
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