Las instrucciones para instalar Windows 7 junto a otros sistema pueden ser decepcionantemente simples, pero mejor que sea así que no algo muy complicado, y se basan en una simple premisa: particionar nuestro disco duro. Eso si solo tenemos un disco. Si disponemos de varios, una buena opción es realizar una copia del secundario, formatearlo y utilizarlo para instalar allí Windows 7.
Para particionar un disco existen diversas maneras, y si no me equivoco Windows Vista lleva una integrada en el gestor de discos. En mi caso, he utilizado GParted, una distribución de Linux que podemos arrancar desde CD o desde un disco USB para realizar el proceso.
Su uso es realmente sencillo, y en la página de LiveCD nos cuentan como hacerlo desde CD, desde USB o hasta desde un disco duro. Bajar la ISO, grabarla a CD y arrancar desde ella será el proceso más sencillo, pero todo es cuestión de investigar un poco.
Una vez arrancado Gparted este nos mostrará nuestros disco duro con las diferentes particiones que tengamos. Suponiendo que solo tenemos una, seleccionamos resize/move y nos mostrará una ventana desde la que podremos seleccionar a que tamaño queremos dejar la partición.
Para instalar Windows 7 es necesario disponer de 16 GB de disco, así que ese será el espacio mínimo que debemos dejar libre. Una vez hecho esto podemos salir, aunque yo aproveche para crear una nueva partición con formato NTFS, de forma que ya no haya que hacerlo posteriormente desde Windows.
Ya casi lo tenemos. Salimos de Gparted, reiniciamos el ordenador y arrancamos con el disco de arranque de Windows 7 que habíamos creado previamente, con lo que empezará la instalación. Una vez introducidos los datos de idioma deberemos seleccionar que tipo de instalación queremos hacer.
En ese menú debemos seleccionar Custom Installation, de forma que nos pregunte en que unidad queremos instalar Windows 7, donde deberemos indicar la nueva que habíamos creado previamente. A partir de ese momento el proceso de instalación es automático, reiniciando un par de veces y dejándonos el sistema listo para empezar a juguetear con él.
En cada arranque se nos presentará un menú con dos opciones, en el que podremos seleccionar si queremos arrancar Windows 7 o preferimos arrancar con el sistema que tuviéramos instalado previamente.
Para los que hayan tenido algún problema al crear el disco de arranque de Windows 7 en un USB, la alternativa es usar una aplicación llamada MBRWizard. Antes de usarla, convertimos nuestros disco USB a formato NTFS, algo que podemos hacer desde la línea de comandos con:
convert X: /fs:ntfs
Una vez convertido, nos descargamos MBRWizard y lo ejecutamos para obtener nuestra lista de discos:
mbrwiz /list en ella debemos buscar el número de nuestro disco (lo llamaremos Y) y ejecutar la siguiente línea:
mbrwiz /disk=Y /active=1
Desde el DVD de Windows 7 que habremos montado previamente, entraremos en el directorio boot y activaremos el disco USB para que pueda arrancar:
cd boot
bootsect /nt60 X:
Ahora solo debemos copiar todos los ficheros al USB, como explicamos el otro día, y ya podremos instalar Windows 7 desde el USB.
xcopy d:*.* /s/e/f e:
Fuente: tecnicalia
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