"Es increíble, esto no pasa en ningún otro lugar del mundo", se lamenta Rivière. Este profesor de un instituto catalán compró un portátil Samsung en una de las tiendas de la cadena PC City en 2005. Como usuario y activista del software libre, intentó devolver el sistema Windows que venía preinstalado. "La licencia del producto me permite hacerlo en los primeros 30 días", explica. Pero en la tienda le dijeron que el hardware y el software eran un todo, inseparables.
Un argumento similar le dieron tanto el fabricante del ordenador como el del sistema operativo. Rivière entonces presentó una demanda ante en un juzgado de Hospitalet de Llobregat. El fallo judicial , dado a conocer en octubre de 2008, desestimó la petición del profesor. "Se trata realmente de un empecinamiento en separar el equipo del sistema operativo, de una lucha personal contra Microsoft, por la que el demandante ha iniciado una cruzada", llega a decir la sentencia.
"Es increíble, esto no pasa en ningún otro lugar del mundo"
Pues este empecinado decidió recurrir ante la Audiencia de Barcelona que, un año y medio después, vuelve a quitar la razón a Rivière desetimando su recurso e, incluso, haciéndole pagar las costas.
La sentencia llega a reconocer el poder fáctico que ejerce Microsoft: "Posiblemente asista la razón al actor en su afirmación de que Windows impone en cierta manera su producto al consumidor mediante pactos con determinadas marcas o fabricantes de ordenadores para incluir la preinstalación del sistema Windows de turno en sus aparatos", se puede leer.
Sin embargo los jueces consideran que eso no es lo que se debate en este caso. Creen probado que Rivière compró el ordenador sabiendo que llevaba Windows preinstalado. Recoge la sentencia que este profesor podría haber comprado un ordenador con otros sistema o desinstalar el de fábrica y poner el de su elección, "ya que no se alega ni consta acreditado que sea imposible suprimir la preinstalación".
"En aquella época, hace 5 años, era absolutamente imposible conseguir un portátil sin Windows. Más tarde ha sido más fácil, pero ahora se está poniendo muy difícil de nuevo", recuerda Rivière. "En todo caso debería bastar con demostrar que un sólo modelo no se puede adquirir sin Windows, puesto que cualquier usuario debe poder adquirir el ordenador que desee, independientemente del modelo que desee. De otro modo aceptamos que el consumidor puede ser discriminado", añade.
"Ahora mismo no sé que voy a hacer, yo estoy dispuesto a ir a Estrasburgo si hace falta". Pero su abogado le ha pedido que se lo piense. En España, a diferencia de otros países como Francia, la venta ligada de dos productos no está regulada.
Fuente: Publico.es
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