En el ámbito de Linux móvil, por ahora, LiMo Foundation y Google trabajan por separados en el desarrollo de sistemas operativos basados en Linux incompatibles entre sí. Por su parte, Symbian anunció recientemente que se encuentra en proceso de convertir su sistema operativo en software de código abierto.
Algunos observadores de la industria han especulado sobre la posibilidad de que se esté trabajando en la convergencia de diversas combinaciones de estas plataformas de código de abierto, aunque hasta ahora, ningún portavoz de las organizaciones implicadas ha reconocido públicamente estar analizando tal posibilidad.
Pero incluso si las diversas plataformas de código abierto terminaran convergiendo en una, ésta sería sólo otra más de múltiples alternativas, entre las que también se incluirían los sistemas operativos Windows Mobile de Microsoft, el software iPhone de Apple, y otras plataformas propietarias que corren sobre teléfonos de gama media y baja.
En cualquier caso, cuál será el sistema operativo ganador en esta competición será posiblemente una decisión que tomarán los operadores móviles más que los usuarios finales o la disponibilidad de aplicaciones. Algunas de estas compañías, como Vodafone en Europa, han anunciado ya que sus estrategias apuestan por la venta de teléfonos con sólo dos o tres sistemas operativos determinados.
Los desarrolladores, a por todas Entre los más afectados por la diversidad de plataformas móviles se encuentran los desarrolladores de aplicaciones, que deben desarrollar versiones diferentes de sus productos para cada sistema operativo. Sin embargo, probablemente no séan estos los que con su apuesta por una u otra plataforman determinan cuál sea el vencedor. En opinión de Wyatt y de Oren Levine, director de marketing de producto del grupo S60 de Nokia, las enormes dimensiones del mercado de comunicaciones móviles, hacen que el esfuerzo adicional que tal adaptación de las aplicaciones exige resulte más interesante para los desarrolladores que limitarse al desarrollo para una única plataforma.
Fuente: idg.es
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