Sin embargo, el abandonar un mercado que todavía sigue vivo termina dejando libre ese nicho para que otros puedan aprovecharlo, por lo que la comunidad tras Lubuntu ha decidido mover ficha con el fin de convertirse en el gran bastión del soporte para CPU x86 de 32-bit. Como ya hemos comentado en más de una ocasión, lo que más recursos consume en un sistema operativo GNU/Linux de escritorio suele ser (con la clamorosa excepción de los navegadores web) el propio entorno de escritorio, por lo que la utilización de un entorno ligero podría dar como resultado un sistema asequible para máquinas poco potentes.
La comunidad de Lubuntu es bastante pequeña, por lo que ha decidido pedir ayuda para mantener el soporte para x86 de 32-bit, ya que de mantenerse las circunstancias actuales, posiblemente pronto no se vean capaces de seguir creando imágenes para esas CPU. Siendo más concretos, piden ayuda para cosas como la depuración y corrección de fallos específicos de i386.
Lubuntu, que actualmente se encuentra inmersa en la transición de LXDE a LXQt, podría hacerse con un hueco importante, sobre todo entre aquellos usuarios que todavía usan hardware obsoleto o bien quieran “devolver a la vida” un ordenador antiguo que podría no ofrecer toda la fluidez necesaria con un Windows posterior a XP.
La competencia por gobernar PC antiguos es un terreno que se le puede allanar bastante a Lubuntu tras confirmarse que Linux Lite se bajaba del barco. Esto, unido a que no es más que una reimplementación de la propia Ubuntu, podría ayudar en aspectos como el soporte técnico y el de terceros, aunque difícilmente se puede obtener como resultado un ordenador apto para producir en los tiempos actuales.
Fuente: muylinux.com
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