“Los programas de software libre son pirateados y de licencias caducas”. El desarrollo de esta tecnología es tan independiente en su ámbito concreto como el de la privativa, y parte desde el mismo punto: se aprovecha la ya existente, siempre disponible para cualquiera en este caso, para mejorarla, pero de ningún modo fusilando código, nunca sin un permiso general expreso de su autor. Y en cuanto a las licencias, si alguna de software privativo caduca y no se renueva, pasa a estar liberada como en todos los terrenos; peroSer programador y usar software privativo es como ser mecánico y no poder abrir el capó del coche para arreglar un desperfecto los desarrolladores de software libre no necesitan esperar a eso ni lo hacen porque ya trabajan sus propios códigos.
“El software libre no respeta las patentes ni los derechos de autor”. El software libre, por definición, no utiliza privativo, así que las patentes les importan poco a sus desarrolladores porque no manejan lo patentado. Y ellos no pierden sus derechos de autor como programadores de software libre; lo que ocurre es que, simplemente, liberan el uso y la modificación de la tecnología que han elaborado.
“Los programas de software libre son incompatibles con sistemas operativos privativos”. De resultar cierto, la expansión que estamos viendo de esta tecnología sería mucho más pobre, un tremendo error de cálculo, y no es así: hay montones de programas de software libre compatibles con sistemas operativos privativos.
“Da igual si el software es libre o no; lo que importa es que funcione”.La gran ventaja de esta tecnología es que cualquiera puede toquetear el código de un programa para solucionar un problema que tenga o, sencillamente, para mejorarlo. Con el software privativo, a uno no le queda más que aguantarse y esperar a que sus dueños lo solventen y optimicen en la siguiente versión. Es como si uno fuese mecánico y no pudiera abrir el capó del coche para comprobar que está todo en orden o arreglar un desperfecto.
“El software libre es tan importante como la libertad de expresión”. Depende de si disponer de cierto programa es imprescindible para el bien común, como lo es que cada uno pueda expresar sus opiniones sin cortapisas. Pero si hablamos, por ejemplo, de herramientas de un usuario informático normal, el software no tendría por qué ser necesariamente libre. Ahora bien, lo que ocurre es que hemos de tomarnos esta afirmación como que debe La innovación en software libre no tiene límites y sólo depende de la creatividad de los desarrolladoresexistir el software libre por los mismos beneficios que nos proporciona, no como que no debería desarrollarse también el privativo.
“El software libre acaba con la innovación”. Facilitar el acceso ilimitado a esta tecnología hace que la dinámica de desarrollo se acelerede forma exponencial y nunca pare, sin requerir miramientos como la continuidad de las bases de los programas privativos, por lo que la innovación no tiene límites ni se ve frenada y sólo depende de la creatividad de los desarrolladores.
“Uno no puede implantar el software libre en la Administración o en una empresa y luego usar un iPhone”. La esfera privada de cualquier persona, políticos, jefes de administración y empresarios incluidos, no tiene ninguna relación con el hecho de que usar software libre en un sistema de trabajo ahorra costes y facilita el trajín; y dado que el control presupuestario y la eficiencia son capitales en el mundo empresarial y de la Administración pública, que un dirigente implante el software libre y no interiorice su filosofía ni lo lleve a su terreno personal es irrelevante. Me recuerda a aquella historia del repartidor de Coca-Cola al que pillaron bebiendo Pepsi: ¿acaso influía en la calidad de su trabajo qué refresco le bajara por la garganta?
“Es incoherente e hipócrita rechazar el neoliberalismo y, a la vez, defender la utilización de software libre”. No es correcto equiparar libertad y neoliberalismo, puesto que la libertad del neoliberalismo es sólo la de los que tienen los medios económicos para ejercerla sin que el poder estatal les importune (y no disponer de los medios para ejercer la propia libertad es como no disponer de ella, es irreal, no existe), o sea, la propiedad privada está por encima del bien común en cualquier caso. Y el software libre no tiene nada que ver con esto: La filosofía del software libre no tiene nada que ver con el sistema político comunistatodos disponen de los medios (la posibilidad de modificar la tecnología directamente) y fomenta el bien común de facto con sus resultados.
“La filosofía del software libre es comunista”. El comunismo es un sistema político con unas características muy concretas y un horizonte tan utópico como el neoliberal: mágicamente, todos nos vamos a comportar bien y no vamos a abusar de otros si el sistema socioeconómico es el que defienden sus ideólogos.
Y el software libre, por mucho que sea “de propiedad pública”, no tiene relación alguna con revoluciones anticapitalistas, dictaduras del proletariado, etcétera. Únicamente es la posibilidad, entre otras distintas, de que cualquiera pueda mejorar la tecnología sin más restricciones que las de mantener esa misma posibilidad para los demás y sin renunciar al reconocimiento de los derechos de autor. No hace falta cantar La Internacional para picar un código liberado. Así que, por favor, no más disparates sobre software libre.
Fuente: https://hipertextual.com/2015/05/disparates-sobre-software-libre
- Visto: 935