Desde el Brasil de Lula hasta la Venezuela de Chávez, se está produciendo una migración de Windows a Linux en la Administración, empresas estatales o escuelas. El ahorro de dinero que supone no pagar licencias por el uso de programas privativos no es el motivo principal del cambio. Las razones que esgrimen los distintos Gobiernos son la independencia tecnológica frente a las empresas multinacionales, la seguridad que ofrece el software libre al permitir ver su código y el interés en desarrollar una industria informática local.
La pasada semana, durante la Conferencia Internacional del Software Libre celebrada en Málaga, los responsables tecnológicos de distintos Gobiernos latinoamericanos compartieron sus experiencias y explicaron cómo marcha este movimiento que, con sus distintos ritmos y objetivos, parece difícil de parar.
Venezuela
El más beligerante contra el software propietario quizá sea el Gobierno de Hugo Chávez. Desde que se aprobara el decreto 3.390 en diciembre de 2004, todo material informático que compre la Administración o las empresas estatales debe llevar software libre. El responsable del CNTI del Ministerio del Poder Popular para las Telecomunicaciones e Informática del Gobierno de Venezuela, Carlos Figueira, destaca la soberanía e independencia tecnológica como razones para pasarse a Linux. Además, "el software libre propulsa un modelo de negocios basados en servicios, que favorece el desarrollo de industrias locales en detrimento de las grandes empresas", añade.
Paraguay
El Gobierno del ex obispo Fernando Lugo (que llegó al poder en agosto pasado) no se puede permitir el lujo de pagar el coste de los programas propietarios. Lo explica el director de Políticas TIC del nuevo Gobierno, Nicolás Caballero: "Una licencia del XP vale 95 euros, lo mismo que una tonelada de soja. ¿Cuánta gente come con una tonelada de soja? ¿Y quién se beneficia de ese dinero? Una corporación que está quién sabe dónde. Deja de ser un problema tecnológico para convertirse en ético".
Brasil
El país carioca cuenta con una de las comunidades de hackers y desarrolladores de software libre más amplias del mundo. Por eso, cuando Lula llegó al poder ya se usaba GNU/Linux en la Administración. Desde entonces, el cambio se ha convertido en estratégico. En Brasil, como cuenta el Gerente de Innovaciones Tecnológicas del Gobierno de Brasil, Corinto Meffe, "la gratuidad no es lo importante, lo es la independencia". Brasil, que lleva más de una década apostando por los programas libres, ve en ellos una forma de reducir la dependencia frente a tecnologías de otros países.
Uruguay
En Uruguay, la neutralidad tecnológica tiene los días contados. La idea lanzada por la industria del software de que los Gobiernos deben ser neutrales en la elección de un sistema u otro es rechazada por el Partido Socialista. Su asesor, Fernando da Rosa, dice que están preparando un proyecto de ley que exigirá que los sistemas se basen en estándares abiertos. "Queremos que se produzca una migración segura, aunque quizás no rápida".
Cuba
El Gobierno cubano sufre lo que la directora de análisis de la Oficina para la Informatización, Miriam Valdés, llama "el bloqueo informático". Cuba no puede comprar licencias de software. Además, tampoco puede descargar los programas libres albergados en páginas de EEUU. "Por eso la migración es estratégica", dice. En un país donde la asignatura de computación se da desde preescolar, el 96% de los sistemas estatales ya tienen software libre.
Fuente:Publico.es
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