El esquema de negocios con software propietario promueve una relación de dependencia tecnológica que es difícil cortar pues al ser de código cerrado se dificulta cualquier migración.
El negocio del software propietario obliga casi anualmente a la compra de equipos, lo que también resulta caro para el Estado y dañino para el ambiente por la cantidad de equipo que se desecha.
En el caso del software libre el Estado puede adaptar y mejorar los programas, y si bien la migración y la adaptación pueden ser altas, luego los costos son decrecientes haciéndolo altamente rentable a medio plazo. Además fomenta la producción nacional de software y los encadenamientos productivos.
Es un modelo de negocios más sostenible para más cantidad de productores.
Fuente: larepublica.net
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