Por medio de esta carta, quiero manifestar mi posición con respecto al Proyecto de Ley presentado por los legisladores justicialistas Pedro Pesatti y Silvina García Larraburu, que busca implementar el uso del software libre en la administración estatal.
Para esto, es necesario que primero entendamos el contexto que nos rodea. En este mundo caótico y complicado, convivimos en el breve período del presente, con el 95% del conocimiento científico que la humanidad ha elaborado a lo largo de toda su historia. Ésta situación ha generado un nuevo universo social repleto de oportunidades para los que saben escuchar, compartir y convertir su conocimiento en información y generar solidas herramientas para los demás.
La cantidad de conocimiento que se está produciendo, supera ampliamente al generado 10 años atrás. Entonces, si no nos preparamos para una democratización cierta del conocimiento, el daño de la exclusión social será más nocivo que las deudas externas que nuestro país pudo negociar y quitarle ceros para hacerla mas social. Pero, en la sociedad del conocimiento la exclusión es más compleja si no tomamos una medida.
No es privativo al mundo del software libre la buena gestión del conocimiento; más bien tiene que ver con un nuevo paradigma que se relaciona con entender que la tecnología nos permite explotar el talento humano; y es obligación social que el talento humano esté en el centro de todas nuestras acciones y se utilice para el bien común.
Ahora bien, si hablamos de democratización del conocimiento, necesariamente tendremos que hablar de equidad en el gasto de los ingresos públicos. Entonces, en la medida que seamos más eficientes en el uso de los recursos para nuestro jóvenes y comprendamos también que el software libre permite y es completamente permeable con el potencial y la necesidad de la gente que vive en nuestra provincia, podremos afirmar que muchas cosas pueden resolverse, con erogaciones que no requieran del tesoro público, obteniendo el mismo o mejor resultado. Esto se ve plasmado en la eliminación de la barrera de dependencia, dando libertad de elección; es decir, no depende ni está condicionado a un solo proveedor. Permite, además, una auditoría completa de los sistemas informáticos, garantizando el acceso a todos los documentos, ahora o en el futuro, usando cualquier plataforma. En este sentido, es importante que comprendamos QUE LA INVERSIÓN EN EL DESARROLLO TECNOLÓGICO REPERCUTE SOBRE LA INDUSTRIA Y EL EMPLEO LOCAL.
La falta total de identidad que sufre nuestro pueblo es producto de la necesidad de un sistema propio, pues , todo lo importante se distribuye en Buenos Aires y quien quiera participar de la economía del conocimiento deberá sufrir el desarraigo cultural y familiar. Por eso, sólo en la medida en que nuestros legisladores comprendan que el verdadero valor no está dado por la cantidad de dinero que recibimos de Buenos Aires, sino en la capacidad de nuestra gente, podremos marcar la diferencia.
Los que detentan el poder deben ser muy cuidadosos en la elección de las arquitecturas y la educación que van a decidir para nuestras sociedades, para que las mismas sean inclusivas y tengan en cuenta que el conocimiento es EL NUEVO PATRÓN DE INTERCAMBIO, reemplazando al dólar y demás monedas. En definitiva, no es una decisión tecnológica, es una decisión social.
No apelo a ninguna solución técnica, sólo utilicemos el dinero para democratizar el conocimiento.
Señores, está en sus manos el futuro de nuestros jóvenes, de la familia y de la defensa de los valores culturales y sociales de nuestra sociedad.
Hacer el ejercicio de hilar estas ideas es responsabilidad de todos.
José Javier Bárcena Programador libre
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