A través de varios posts vamos a ir analizando qué pasos deberíamos dar si queremos plantearnos la migración a software libre de los puestos de trabajo de una organización.
Para empezar, es fundamental el compromiso de la Dirección de la compañía, sin el respaldo de la Dirección la oposición al cambio puede ser mucho mayor y, en casos extremos, dar al traste con todo el proyecto. Un proyecto de este calibre no es, únicamente, la adopción de una solución tecnológica que nos va a hacer ganar dinero, también nos va a redundar en un aumento de la seguridad de nuestros puestos de trabajo y, sobre todo, es un cambio de filosofía de la empresa, que apuesta por un modelo sostenible e independiente tecnológicamente. Por tanto, ante tanto cambio que debemos gestionar, no nos viene mal analizar el proceso y plantearnos algunas fases con las que llevar a cabo este proyecto.
1. Contexto económico
Aunque los que conocemos el mundo del software libre pensemos que es una gran opción, quizás nuestros jefes no tengan esta misma visión y, posiblemente, se hayan acostumbrado al uso de Windows, por ejemplo, y por comodidad no quieran cambiar. Esto es algo que puede pasar y será la primera batalla que tengamos que librar si queremos arrancar este tipo de proyecto.
¿Y cómo convencer a nuestros jefes? Cambiar la filosofía de trabajo de una compañía no es fácil, al fin y al cabo, forma parte de la propia cultura de la empresa y cualquier cambio cultural debe gestionarse adecuadamente. Teniendo en cuenta la coyuntura económica, un modelo basado en costes podría ser un interesante punto de partida para justificar la necesidad de la migración.
Hay que tener en cuenta que el uso de software con licencia responde a un modelo cíclico, es decir, adquirimos una licencia, la usamos y, una vez amortizada, pasamos a adquirir licencias de la siguiente versión (en el caso de licencias que no tengan caducidad) o, por el contrario, vamos renovando con la periodicidad que sea las licencias adquiridas. Este modelo cíclico afectará, prácticamente, a todas las licencias que hayamos adquirido (Sistema operativo, Microsoft Office, Antivirus, etc), simplemente variará el período de duración de la licencia (en el caso que caduquen) o el tiempo que reste para su amortización. Además, a este modelo cíclico de adquisición de activos (las licencias) hay que sumar otros costes, los costes de operación, es decir, los costes en los que incurrimos para solventar las incidencias de nuestros usuarios, instalar software en los equipos, etc.
Bajo un entorno basado en software libre, este modelo de costes se simplifica mucho, en algunos casos se puede llegar a reducir únicamente a los costes de operación (en un entorno ideal) pero, básicamente, los costes relacionados con licencias de ofimática y alguna que otra aplicación desaparecen, por tanto, se eliminan esos desembolsos cíclicos debido a la obsolescencia o caducidad de las licencias de software adquiridas.
¿Y cómo plantear esto? Lo más sencillo es plantear los costes en los que incurrimos durante cinco años, una ventana de tiempo a medio plazo y que puede ser significativa como para evaluar los gastos en los que incurrimos adquiriendo licencias (o equipos que ya las tienen instaladas) y renovándolas.
2. Contexto temporal
Tras estudiar lo que nos gastamos en adquisiciones, debemos estudiar cuándo es el mejor momento para realizar la migración. Hoy en día, el cierre del soporte de Windows XP puede ser un muy buen motivo para migrar, sin embargo, el factor tiempo es muy significativo (desde el punto de vista económico) y, por tanto, elegir una fecha sin estudiar el contexto nos podría hacer que incurriésemos en pérdidas.
En algunas metodologías consideran que si hay convencimiento por parte de la empresa por migrar, debería ser suficiente. Yo creo que es necesario pero no es el único factor a tener en cuenta, sobre todo, si queremos dar unas cifras cercanas a la realidad. Cualquier aplicación que compremos tiene una vida útil (un año, cuatro, etc) y, por tanto, si decidimos migrar sin agotar dicha vida útil, no habremos amortizado por completo esa inversión (que se estará malgastando).
Con esto quiero decir que si acabamos de adquirir licencias de Microsoft Office para toda la empresa, quizás haya que comparar cuánto nos va a costar migrar a Windows 7, compararlo con los costes de la migración a software libre y si la diferencia resulta mayor al coste de las licencias de Microsoft Office, podremos contrarrestar las pérdidas pero si nos resultan iguales o menores, entonces quizás no sea el mejor momento para migrar.
El momento ideal es aquel en el que hemos agotado la vida útil de nuestras licencias, una situación ideal que rara vez ocurre, puesto que no todas se han comprado a la vez, ni tampoco tienen la misma vida útil. Por tanto, tendremos que seleccionar aquella fecha que minimice nuestras pérdidas (entendidas como licencias que no hemos amortizado).
3. Reajustando el modelo de costes
Tras realizar el análisis temporal parece claro que tenemos que volver a nuestro modelo económico y reajustarlo, añadiendo las pérdidas que hemos detectado (por licencias no amortizadas). También será el momento de añadir otros costes asociados a la migración que tendremos que tener cuenta y que, posteriormente, iremos desarrollando:
* Consultoría: en el caso de la migración a software libre, vamos a plantear un cambio en el modelo de gestión de la compañía, además de un cambio tecnológico. Por tanto, ya sea con recursos propios o externos, vamos a tener que dedicar cierto tiempo (y recursos) a realizar una consultoría para sentar las bases técnicas y metodológicas para llevar a cabo el proceso de migración de los puestos de trabajo.
* Migración: lógicamente, el proceso de migración tiene un coste asociado. Son recursos que, tanto en un entorno en software libre como en uno propietario, son necesarios para migrar los datos de los usuarios, actualizar o cambiar el sistema operativo, restaurar datos, aplicaciones, etc.
* Formación a usuarios: si optamos por el cambio, no debemos abandonar a nuestros usuarios a su suerte, es decir, necesitarán que les guiemos por el nuevo entorno y ponérselo algo fácil. La profundidad de esta formación dependerá del grado de madurez de nuestra organización, sus conocimientos sobre el entorno y su grado de resistencia al cambio.
* Soporte: nuestro equipo de soporte también necesita actualizarse, tanto en conocimientos como en herramientas. Quizás sea buen momento para analizar las herramientas que utilizan, buscar alternativas y, sobre todo, mejorar los procedimientos de actuación.
* Islas residuales: es posible que la consultoría nos arroje, dentro de sus conclusiones, que en nuestra organización tengamos algunos puestos que no puedan ser migrados a software libre o bien tengamos que buscar alguna solución que posibilite el uso de una solución propietaria bajo un escritorio libre. Tendremos que convivir con estas “islas residuales” y tratarlas de manera especial.
Una vez analizados estos aspectos, con sus correspondientes valoraciones económicas, habremos completado nuestro modelo económico que, previsiblemente, arroje que migrar a software libre sea más caro que migrar a Windows 7, pero claro, ese es el dato a corto plazo pero que, al eliminar de la ecuación gran parte de los desembolsos económicos en renovación de licencias, comenzará a ser rentable a medio plazo (a partir del segundo o tercer año) y, desde ahí en adelante, todo serán beneficios.
En esta ocasión nos toca profundizar en el proceso de migración en sí, es decir, en la transformación de un entorno corporativo con puestos de trabajo basados en soluciones propietarias a un entorno que funciona, casi en su totalidad, con herramientas basadas en software libre.
4. Estudiar a la organización y entender sus procesos y su funcionamiento
Tras las hojas de cálculo y los estudios de costes nos toca entrar, por fin, en contacto con el usuario e intentar entender cómo trabajan, qué aplicaciones suelen utilizar y, en definitiva, entender cuáles son sus necesidades actuales y a medio plazo. Lo recomendable es articular esta fase en torno a una ronda de entrevistas (con los responsables de cada equipo y con sus miembros) para conocer qué herramientas utilizan, qué necesidades tienen y qué función cumplen en la organización.
Para comprender el funcionamiento de una organización es importante observar cómo trabaja, es decir, sentarnos con cada uno de los trabajadores, ver cómo se manejan en su entorno de escritorio, qué usan y para qué. De esa forma podremos ir viendo qué alternativas tendremos que buscar (para satisfacer las necesidades de los usuarios y la organización) y qué cosas, irremediablemente, tendremos que mantener porque no existe solución técnica en software libre que cubra la mayor parte de necesidades.
5. Aportando soluciones
Tras estudiar a nuestra organización llega el momento de plantear las soluciones que vamos a adoptar. Abrir la tapa del “gran arcón” del software libre y ponernos a coger lo primero que veamos, está claro que no es el camino a seguir. Es recomendable realizar esta prospectiva tecnológica en paralelo al estudio de la organización porque así iremos adelantando trabajo e iremos buscando posibles soluciones conforme vayamos capturando los requisitos y necesidades de nuestros usuarios.
¿Y qué soluciones tendremos que buscar? Existen muchas soluciones empresariales basadas en software libre con los que poder dar soporte a la mayor parte de procesos empresariales: gestores documentales, compartir ficheros, gestión de agenda; sin embargo, esta migración se centra en el escritorio y, como tal, también tendremos que buscar soluciones en este entorno. Básicamente nos referimos a cambiar Outlook por Thunderbird, Microsoft Office por LibreOffice, OneNote por Tomboy o Evernote (si queremos usar la nube, aunque esto no sea libre), Microsoft Project por alguna herramienta colaborativa online u OpenProj, Dia en vez de Microsoft Visio, etc.
Sin embargo, es muy posible que existan aplicaciones que no tengan equivalente en Linux y para las que tengamos que pensar en alguna solución de compromiso (ya sea montando un servidor Windows al que se conecten en remoto los usuarios y ejecuten ahí las aplicaciones o bien usando Wine o máquinas virtuales).
6. La migración
El proceso de migración es el punto más crítico del proceso, puesto que debe ser lo más transparente posible al usuario y, además, debe impactar lo mínimo posible en la productividad de éste (tiempo en el que no podrá usar su equipo). Para llevarlo a cabo deberíamos haber diseñado un plan que abarque los siguientes aspectos:
* Maqueta a utilizar, es decir, partir de una distribución Linux, personalizarla (configuración, aplicaciones, etc) y, a partir de ahí, sacar un máster (o más, dependiendo del número de configuraciones distintas que necesitemos) que será el que instalaremos en los equipos de los usuarios.
* Plan de intervención que establecerá un calendario con las actuaciones a acometer y las actuaciones previas necesarias antes de migrar (backups).
* Plan de contingencia o dicho de otra forma, cómo volver atrás si algo sale mal o si surge alguna emergencia o imprevisto.
Antes de arrancar el proceso, sería conveniente comunicar lo que vamos a hacer a los usuarios o, al menos, a sus responsables para que la información fluya y nadie se sienta excluido (y pueda oponer algo más de resistencia al cambio).
7. Gestionar los cambios
La expresión “gestión del cambio” se usa mucho en cualquier proceso de cambio de modelo de gestión. Esta disciplina se ocupa de minimizar el impacto que pueden provocar los cambios en procesos ya arraigados (y cambiar el entorno de trabajo es un salto que debe gestionarse adecuadamente). Dicen los expertos que cuando el usuario se siente partícipe del cambio, es mucho más fácil que lo entienda e, incluso, se alinee con ellos, colaborando de forma activa y no entorpeciendo el proceso.
¿Y cómo hacer al usuario partícipe del cambio? Básicamente con dos líneas de actuación: la comunicación y la formación.
Una comunicación fluida a los usuarios que les informe de los pasos que se dan, un proceso que cuente con sus opiniones, un equipo les pregunte y, en definitiva, converse con ellos, es un buen caballo de batalla que nos puede allanar mucho el camino a recorrer. El desconocimiento y, por tanto, el miedo al cambio son las barreras a vencer y si somos muy opacos durante este proceso, el usuario se resistirá al cambio y, en casos extremos, puede llegar a boicotearlo.
Por otro lado, dependiendo del nivel de conocimientos que tenga la organización, necesitaremos organizar diversas acciones formativas que ayuden al usuario a adaptarse al nuevo entorno de funcionamiento, a usar las nuevas aplicaciones y, en definitiva, enseñarles dónde están las herramientas con las que podrán desempeñar sus funciones habituales.
8. Análisis del proceso
Tras finalizar el proceso de migración, nos encontramos ante un punto de inflexión en la manera de gestionar el parque informático de nuestra compañía. Además de analizar los errores o fallos que nos hemos ido encontrando, es el momento de volcar todo el conocimiento adquirido en algún gestor que permita a todo nuestro equipo de soporte compartir lo aprendido (y lo que llegará), de manera que todos los implicados vayan creciendo y adquiriendo más experiencia en el soporte al usuario.
Conclusiones
Un proyecto de este tipo, además de ser una apuesta por una tecnología sostenible y, lógicamente, libre, es todo un reto tecnológico que necesita su tiempo para ser llevado a cabo correctamente. Es una apuesta y como tal, debe contar con el compromiso de la dirección, sin ese apoyo, mejor no embarcarse porque nadie se sentirá identificado con la migración y puede que no nos encontremos muchos apoyos.
Gestionar la comunicación y hacer partícipe al usuario es una de las claves para que este proyecto sea un éxito, además de nuestra pericia en la realización de la prospectiva (para buscar aplicaciones) y en nuestro análisis de requisitos.
Para todo aquel que quiera profundizar más en el tema, el CENATIC (Centro Nacional de Referencia de Aplicación de las TIC basadas en fuentes abiertas) trabaja en un modelo de migración para grandes organizaciones que, aunque está en desarrollo, ofrece algunas interesantes herramientas con las que dar soporte a este proceso.
Fuente: http://bitelia.com/index.php?p=100521
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