Para garantizar que se cumple lo establecido, esta normativa incluye un mecanismo de refuerzo que podría anular decisiones que no siguiesen los criterios marcados, dejando la puerta abierta a la compra de licencias de software privativo únicamente cuando no se encuentren soluciones adecuadas.
Como recuerdan en OpenSource.com, no obstante, el diablo está en los detalles, y el año pasado la Comisión Europea emitió una guía similar dirigida a organismos públicos de toda la zona, sin demasiado éxito. La diferencia con Italia es que esta última sostendrá su iniciativa con la ley por delante (así lo dan a entender), pero un término como software reutilizable (¿software gratuito? ¿licencias específicas?) unido a la interpretación de “qué es una solución adecuada” (¿adecuada a la función concreta o al usuario?)… Pues eso, habrá que ver cómo se aplica.
Con todo, un gran paso hacia adelante para Italia que harían bien en seguir otros países del entorno, en especial este basurero de corrupción en el que se ha convertido España.
Fuente: MuyLinux
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