Es el caso de dos de ellos: “freeware” y “software libre” (open source). No hay que ser bilingüe para imaginar que ambos términos hacen referencia a sistemas con menos restricciones de uso, por aquello del “free” (gratis) y “open” (abierto), pero ¿son lo mismo?
Un ejemplo de freeware son las versiones gratuitas de los antivirus más conocidos. Este tipo de productos tienen básicamente una función promocional y de reclamo, para dar a conocer el resto de servicios de la compañía, que sí son de pago. Pero que sean gratuitas (esto es, “free”) no significa que podamos hacer con ellas lo que nos plazca, como, por ejemplo, modificarlas o venderlas a terceros.
El freeware es software libre de pago. Como mucho, y sólo en algunos casos, el propietario proporciona permisos para distribuir algunas piezas; a esto se le llama shareware.
Cuidado con las copias de seguridad de software porque pueden ser ilegales
El software libre (open source o de código abierto) es ese que por elección manifiesta de su autor, puede ser copiado, estudiado, modificado, utilizado y redistribuido libremente con cualquier fin. Es decir, la libertad tiene que ver con el uso y no con la gratuidad; por tanto puede haber software libre de pago.
El autor del software libre emplea una licencia en la que establece los términos de derechos de autor, distribución o de responsabilidad. Cada licencia tiene sus matices, pero todas ellas permiten la libre distribución, alteración uso y venta de la licencia del software, tanto en código binario como en código fuente.
No sólo el software puede ser de código abierto, también el hardware, como el que distribuye Arduino. Hay diseños de impresión en 3D, obras de arte, ciencia, algoritmos, estándares de seguridad y un largo etcétera, al alcance de los usuarios para que los modifiquen a placer (respetando las limitaciones).
Fuente: http://www.ticbeat.com/tecnologias/diferencia-entre-freeware-y-software-libre/