En pocas horas el proyecto Divi-damos (divi-damos.lalibre.net) se presentó como una opción para contribuir en la logística y la distribución de las donaciones en los distintos centros de acopio a nivel nacional. Y en menos de un día la página www.desastre.ec permitía a los ciudadanos reportar sus necesidades, incidentes o emergencias en las zonas afectadas. La iniciativa #MappingEcuador, con la ayuda de la herramienta Humanitarian OpenStreetMap Team (HOT) iniciaba, con niños de 11 y 12 años, la digitalización de las zonas afectadas con el objetivo de facilitar las acciones logísticas, de distribución y de transporte de quienes querían colaborar.
El proyecto terremotoecuador.com, utilizando también OpenStreetMaps, permitía la localización geográfica de las emergencias que le eran reportadas. Así, en menos de 48 horas, el caos inicial se valía de herramientas que poco a poco permitían un mejor uso de los recursos logísticos. #HackPorEcuador nació con la propuesta de construir ecuadorsolidario.org, una plataforma de crowdonations que conectará las necesidades de los damnificados con las personas que tengan bienes o servicios específicos que puedan donar.
Lo novedoso de este aplicativo es que está siendo creado con el apoyo de más de 200 colaboradores de todo el país: ASLE, Prendho, Inglatam, CIESPAL, y del resto del mundo: GobLab y Gcoop, de Argentina, y el Centro de Innovación y Desarrollo Emprendedor de la Universidad Católica de Perú, entre otros actores. Pero, ¿cuál fue el aspecto común en todas estas iniciativas? El uso del software libre, un componente que se nutre día a día de la solidaridad y cooperación de cientos de personas, con diferentes objetivos y casi siempre desconocidos entre sí. No es necesario que el aplicativo creado con software libre esté construido para un uso específico, cualquier persona en el mundo puede mejorarlo o adaptarlo a sus necesidades.
Estas app y plataformas tienen una visión de colaboración permanente y fueron posibles gracias a conceptos como el software libre y estándares abiertos, los cuales debemos fortalecer como sociedad, más hoy que Ecuador se ha propuesto incentivar su uso a través del Código de la Economía Social de los Conocimientos, la Creatividad y la Innovación, denominado Ingenios.
Sí, a través del Código Ingenios se fomenta el desarrollo de este tipo de plataformas digitales, que en esta ocasión contribuyeron a facilitar la ayuda a los damnificados, cobrando importancia en el corto plazo, y demostraron la importancia de su existencia y disponibilidad permanente. En Ecuador, por ejemplo, permitió que herramientas desarrolladas con otros fines pudieran usarse de manera inmediata y libre de licencias o acuerdos comerciales en beneficio de los damnificados; y principalmente, facilitando la labor de quienes querían ayudar, permitiendo algo que es importante normalmente, y en una emergencia vital: organización y eficiencia. Por otro lado, al ser estos proyectos de código abierto, su vinculación y cooperación mutua se hace sencilla, por ejemplo, la información de una emergencia reportada a TerremotoEcuador es más acertada gracias a la digitalización realizada por HOT a nivel mundial, en donde muchas personas que conocían el manejo básico de un computador se sumaron de distintos lugares a colaborar; así, cada iniciativa, nacida en diferentes partes del mundo pudo integrarse y apoyarse mutuamente. Hay sectores que señalan que el software libre perjudicaría al software ecuatoriano; sin embargo, recordemos que nada impide a una empresa desarrollar software libre, por el contrario, en el Código Ingenios se busca fomentar que más empresas se sumen a los esfuerzos colaborativos del software libre, cuyos aportes nos benefician a todos, como sociedad. Y más que nada, que los recursos del Estado sirvan a estas iniciativas y no a una empresa específica.
Finalmente, extiendo una invitación a todas las empresas que desarrollan software propietario a poner su granito de arena y aportar con su gran capacidad a estos proyectos que, además de ser comercialmente viables, están pensados para el bien común.
Más Información: eltelegrafo.com.ec
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