En la mayoría de ordenadores encontramos como sistema operativo a más a Windows que Linux. Ambas plataformas tienen muchas cosas en común, igualmente difieren en multitud de apartados, tanto internos como externos. De todos modos los diferentes desarrolladores de estas distros poco a poco han querido ir facilitando la interfaz de usuario de Linux para llegar a un mayor número de personas.
Les contamos todo esto porque en los tiempos que corren no es necesario que seamos expertos en el sistema, como sucedía antaño, para poder manejarnos en Linux. Aquí una de las distribuciones más usadas y populares del sector es Ubuntu, pero hay muchas más de diferentes tipos. Encontramos distros más complejas, más ligeras, de pago, o para un determinado tipo de uso.
Además de ser gratuito en la mayoría de las ocasiones, Linux nos ofrece una buena cantidad de ventajas de las que no disfrutamos en Windows. De ahí que con el paso de los años muchos usuarios han decidido migrar a una de estas distribuciones. Pero eso no siempre es así, ya que hay algunas situaciones o tipos de uso en las que Linux puede convertirse en un problema, como veremos a continuación.
Linux no es el mejor sistema para jugar en PC
Hay que reconocer que en los últimos años la plataforma PC ha crecido de manera exponencial en el sector de los videojuegos. Una enorme cantidad de usuarios se decantan por este tipo de hardware en lugar de las habituales consolas, por ejemplo. Y aquí viene el problema, ya que la disponibilidad y el rendimiento de la mayoría de los títulos se centra en su ejecución en Windows.
Por tanto podríamos decir que los usuarios de Linux En este sentido van a tener bastantes más problemas. Cierto es que es que podemos usar y disfrutar de juegos en el sistema de código abierto, pero no podemos obviar que a la hora de jugar, Linux está un tanto más limitado que Windows.
Este sistema no es el predominante en los PCs de sobremesa
Tal y como os comentamos antes, buena parte de los equipos de sobremesa de todo el mundo utilizan el sistema operativo de los de Redmond. Esto quiere decir que en la mayoría de las ocasiones los usuarios de Linux también van a tener que habituarse, prácticamente de manera obligatoria, a usar Windows.
Ya sea en el trabajo, en el centro de educación, en el ordenador de amigos y familiares, tener conocimientos profundos de Linux no nos va a servir de mucho.
No todos los programas de Windows tienen versión Linux
Muchos de vosotros ya sabréis de primera mano que pertenecientes a todo tipo de sectores del software, encontramos multitud de programas de todo tipo. Los hay gratuitos y de pago, y más o menos complejos, además de algunos más populares y usados. Y ahí radica precisamente el problema al que nos queremos referir en este caso. Lo que queremos decir con esto es que no todos los programas, e incluso grandes aplicaciones muy conocidas, están disponibles en Linux.
Sirva como claro ejemplo de todo ello el popular editor fotográfico Adobe Photoshop, una solución software ampliamente extendidas en todo el mundo pero que no tienen una versión para Linux juntos.
Fuente: https://www.softzone.es/