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VivaLinux! se comenta un reciente artículo en Wired que hace una muy buena lectura del camino recorrido por SCO en su actual dirección de colisión con Linux. Ultimamente, todo se reduce a una persona: Darl McBride, el actual CEO de SCO, y quien reemplazó a Bill Gates como el
"hombre más odiado de la industria". Este devoto mormón padre de 7 hijos, que ahora porta un arma de fuego para protección personal, recibió una encomienda llena de gusanos vivos, fué desafiado a una pelea a puños desnudos, recibió varias amenazas de muerte y hasta ataques a los servidores de su empresa, todo en sólo 2 cortos años.

Apenas llegar a Caldera Systems, McBride le cambió el nombre a SCO y comenzó a buscar la manera más rápida de llenar las vacías arcas de la empresa.
La idea de demandar a IBM surgió cuando esta empresa anunció en la conferencia LinuxWorld del 2003 que le había tomado sólo un fin de semana portar algunas funciones de su AIX a Linux. Con ésto, McBride afirma que IBM violó su acuerdo de licenciamiento de Unix.
McBride luego logró un influjo de capitales para SCO proveniente de licencias compradas por Microsoft para su producto Windows Services for Unix e inversiones de terceros.
Ahora, SCO debe probar 3 cosas para triunfar:
Que los viejos contratos entre AT&T (los creadores originales de Unix), Novell y la original Santa Cruz Operation (SCO) deliberadamente transfieren los derechos de Unix a la nueva SCO Group.
Que SCO posee derechos sobre los derivados de Unix, como el AIX de IBM.
Que IBM y otros programadores Linux alrededor de todo el mundo portaron código propietario (de Unix) a Linux.
Los expertos legales (que piensan que este tipo de litigación es el "modelo de negocios del nuevo milenio") creen que probar cada uno de los anteriores puntos es difícil, ni hablar de los 3 juntos. Las probabilidades parecen estar en contra de SCO (de hecho, muy en contra... perdón, muchísimo en contra).
Pero aún si SCO triunfa, la comunidad Open Source se adaptará. El código conflictivo se reemplazará, y aún cuando ese triunfo aliente a otros a seguir el ejemplo de SCO, el movimiento estará mejor preparado que antes, y sus grandes usuarios corporativos probablemente también