Con el nombre de Red Flag Software, el gobierno chino creó en 1999 una empresa dedicada al desarrollo de un sistema operativo basado en Linux con versiones para escritorio y servidores.
La apuesta open source del gigante asiático deseaba competir contra Microsoft y llegó a alcanzar importante notoriedad gracias a la firma de acuerdos con partners de la talla de Oracle y Dell.
Aparentemente todo marchaba bien en Red Flag Software hasta que en abril del año pasado comenzaron los problemas ya que la empresa anunció que no podía hacer frente a los sueldos de sus empleados y en diciembre se vio obligadas a abandonar su sede central por impagos del alquiler.
Los empleados han explicado que se les deben 2,46 millones de euros en salarios, y han denunciado que la Academia China de Ciencias (CAS) no pagó los 40 millones de subvenciones que se había comprometido a abonar a la compañía, informan en ZDNet.
Todo apunta a que el auge de rivales como Red Hat Enterprise Linux y SUSE Linux, unida a la pérdida de notoriedad de la marca, precipitaron la caída de Red Flag Software.
En cualquier caso, a pesar del adiós de Red Flag, todavía siguen con vida otras distros de Linux financiadas por el gobierno chino, como es el caso de Ubuntu Kylin y China Operating System, que se estrenó el mes pasado.
Fuente: siliconweek.es
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