En su concepción más básica, los contenedores de software son exactamente eso: software contenido en paquetes. Como si de máquinas virtuales se tratase, los contenedores permiten empaquetar cualquier aplicación junto con las bibliotecas o dependencias necesarias para un despliegue inmediato con independencia del entorno y con aislamiento con respecto a este. A diferencia de las máquinas virtuales, cabe añadir, los contenedores cuentan con dos ventajas clave para entender la expansión que están experimentando: ofrecen una solución mucho más rápida y ligera, al compartir elementos como el kernel del sistema operativo; y delimitan las áreas de trabajo, de manera que desarrolladores y administradores puedan implementar una estrategia DevOps que facilite la creación y mantenimiento del software a unos, la gestión a los otros.
Así, los contenedores han pasado de ser una tendencia cuasi experimental, a una de las tecnologías de vanguardia más demandadas en la gran empresa. De acuerdo al Open Source Technology Jobs Report 2018, el informe anual que realiza The Linux Foundation acerca del estado del empleo relacionado con tecnologías de código abierto, el interés por contratar a profesionales especializados en contenedores ha crecido un 57% con respecto al año pasado.
Pero no hay avance sin retos, y los contenedores traían los suyos propios. Su rapidez de despliegue o una escalabilidad sin precedentes hicieron de la automatización un contratiempo que resolvió el software de orquestación Kubernetes, al que Red Hat ha llegado a denominar como el nuevo Linux de la nube. La compañía ha estado ahí desde el principio y conoce bien el terreno, además de ofrecer una de las soluciones más completas para infraestructuras basadas en Kubernetes: Red Hat OpenShift.
Superados el empaquetado y la gestión, el nuevo reto que presentan los contenedores está en el almacenamiento, dado que los sistemas de tradicionales tampoco están preparados para brindar la versatilidad necesaria y pueden convertirse en el cuello de botella que limite su desempeño. Un problema de los contenedores que las máquinas virtuales no tienen es precisamente el disponer de almacenamiento persistente, puesto que los contenedores no almacenan datos, solo los utilizan.
Sin embargo, hay aplicaciones y servicios que por su propia naturaleza exigen la persistencia de los datos, y es entonces cuando el almacenamiento tradicional se muestra ineficiente para sacar verdadero provecho a las posibilidades de las tecnologías de contenedores. El almacenamiento tradicional, simplemente no está preparado para garantizar la rapidez, agilidad y escalabilidad que se demanda hoy en día.
El problema se está abordando bajo el nuevo paradigma del almacenamiento definido por software, una arquitectura virtual para gestionar el almacenamiento en la nube que en el caso de los contenedores ha ido más allá, proponiendo distintos modelos de almacenamiento para y en contenedores, así como integrando el cambio determinante con el almacenamiento nativo para contenedores.
El almacenamiento nativo para contenedores es la última gran novedad en las tecnología de contenedores y, en consecuencia, algo todavía desconocido para muchas empresas. Para ayudar en la labor de divulgación de este nuevo avance, Red Hat ha publicado una guía introductoria dirigida a la gran empresa y encuadrada en la popular serie de tecnología para Dummies, cuya descarga ofrecen gratuitamente:
A lo largo de sus 27 páginas, los expertos de Red Hat explican de manera sencilla las principales cuestiones en torno al almacenamiento de contenedores y las soluciones que los líderes del sector están empleando para darles respuesta. Descubre el almacenamiento nativo para contenedores y todas las ventajas que ofrece ya, antes de que sea tendencia.
fuentes:muylinux.com
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