Linux y Windows son dos de los sistemas operativos más utilizados en todo el mundo, cada uno con sus propias fortalezas y debilidades. Mientras que Windows es conocido por su facilidad de uso y compatibilidad con una amplia gama de software, Linux ofrece una flexibilidad y personalización inigualables, junto con otras características que no encontrarás en Windows. En este artículo, vamos a explorar 15 cosas que puedes hacer en Linux pero no en Windows, y por qué podrían ser una ventaja clave para algunos usuarios.
1. Personalizar todo el entorno del sistema
En Linux, prácticamente todo es personalizable, desde la apariencia del escritorio hasta las funciones más profundas del sistema. Puedes elegir entre diferentes entornos de escritorio como GNOME, KDE, XFCE, o crear tu propia interfaz. Incluso es posible modificar el núcleo de Linux si tienes los conocimientos necesarios.
En Windows, las opciones de personalización son mucho más limitadas. Aunque puedes cambiar el fondo de pantalla o modificar la barra de tareas, no puedes personalizar el sistema operativo de la misma manera profunda que en Linux.
2. Utilizar software completamente gratuito y de código abierto
Linux es el hogar de innumerables proyectos de software libre y de código abierto. Puedes acceder a potentes programas como GIMP para edición gráfica, LibreOffice para tareas de oficina o Blender para diseño 3D, todo sin pagar licencias.
En cambio, en Windows, muchas aplicaciones profesionales requieren licencias costosas, y aunque existen alternativas gratuitas, no siempre son tan robustas o están tan integradas en el ecosistema del software libre.
3. Ejecutar sistemas operativos completos desde una unidad USB
Con Linux, puedes crear una versión portátil del sistema operativo en una memoria USB o disco duro externo. Esto te permite llevar tu sistema operativo personalizado a cualquier parte y ejecutarlo en diferentes computadoras, sin necesidad de instalar nada.
En Windows, ejecutar una versión completa del sistema operativo desde un USB es mucho más complicado y no está tan optimizado como en Linux.
4. Control total sobre la privacidad
En Linux, puedes configurar fácilmente tu sistema para proteger tu privacidad y datos personales. No hay telemetría oculta ni servicios que recopilen información sin tu consentimiento. Puedes desactivar cualquier servicio o aplicación que no necesites sin comprometer el funcionamiento del sistema.
En Windows, aunque puedes desactivar ciertas opciones de recopilación de datos, algunos servicios de telemetría están integrados y no se pueden desactivar completamente.
5. Instalar software a través de gestores de paquetes
En Linux, el proceso de instalación de software es mucho más eficiente gracias a los gestores de paquetes como APT, YUM o Pacman, que permiten instalar, actualizar y desinstalar software desde el terminal de forma sencilla y rápida.
En Windows, la instalación de software generalmente implica la descarga manual de archivos ejecutables, lo que no siempre garantiza la integración del software con el sistema de forma tan fluida.
6. Modificar y distribuir tu propia distribución Linux
Una de las ventajas más poderosas de Linux es que puedes crear tu propia distribución personalizada. Ya sea para uso personal o para compartir con la comunidad, puedes modificar una distribución existente o construir la tuya desde cero utilizando herramientas como LFS (Linux From Scratch).
En Windows, no tienes la opción de modificar el sistema operativo base ni distribuir tu propia versión personalizada del mismo.
7. Acceso total al código fuente del sistema
Linux es código abierto, lo que significa que tienes acceso completo al código fuente del sistema. Puedes modificarlo, mejorarlo o simplemente entender cómo funciona. Esto es especialmente útil para desarrolladores o para aquellos que buscan un mayor control sobre su sistema.
Windows, en cambio, es un software propietario y cerrado. No puedes acceder al código fuente ni modificar el núcleo del sistema operativo.
8. Administrar y configurar todo desde la terminal
En Linux, la terminal es una herramienta poderosa que permite gestionar el sistema operativo de forma rápida y eficiente. Puedes realizar cualquier tarea administrativa o de configuración desde la terminal, lo que ahorra tiempo y ofrece un control total.
En Windows, aunque existe una consola de comandos, no es tan poderosa ni flexible como la terminal de Linux, y muchas tareas requieren acceso a la interfaz gráfica.
9. Escoger entre varias distribuciones
Linux tiene una gran variedad de distribuciones para elegir, cada una con un enfoque diferente según las necesidades del usuario. Desde Ubuntu para principiantes hasta Arch Linux para usuarios avanzados, hay una distro para todos.
En Windows, solo tienes unas pocas versiones del sistema operativo (Home, Pro, Enterprise) y todas están construidas sobre la misma base, lo que limita la personalización en cuanto a funcionalidades.
10. Obtener actualizaciones continuas sin reinicios constantes
Linux ofrece un sistema de actualizaciones continuas para mantener tu software y sistema al día sin interrumpir tu flujo de trabajo. En la mayoría de los casos, no necesitas reiniciar el sistema para aplicar las actualizaciones.
En Windows, las actualizaciones suelen requerir múltiples reinicios y pueden interrumpir el trabajo al aplicarse automáticamente.
11. No preocuparse por licencias ni activaciones
En Linux, no necesitas preocuparte por la activación del sistema operativo o pagar por licencias. El sistema es completamente gratuito, lo que elimina la necesidad de claves de producto y validaciones de software.
En Windows, necesitas una licencia válida para activar el sistema operativo, lo que puede ser un proceso tedioso en algunos casos.
12. Convertir computadoras viejas en servidores funcionales
Linux es extremadamente ligero y puede correr en hardware antiguo con facilidad. Esto permite que conviertas una computadora vieja en un servidor, router o incluso en una nube privada sin apenas esfuerzo.
En Windows, los recursos necesarios son mayores, lo que hace que sea menos eficiente en hardware antiguo o limitado.
13. Mejor soporte para desarrolladores
Linux es ampliamente utilizado en el mundo del desarrollo de software. Los entornos de desarrollo y las herramientas como Git, Docker y Jenkins están mejor integradas en Linux, ofreciendo un entorno de trabajo optimizado para programadores y desarrolladores de software.
En Windows, aunque existen opciones para desarrolladores, el entorno no es tan amigable ni eficiente como en Linux.
14. Uso eficiente de recursos
Linux es conocido por ser muy eficiente en el uso de recursos. Incluso las distribuciones más pesadas utilizan menos memoria RAM y CPU en comparación con Windows, lo que se traduce en un mejor rendimiento en máquinas con especificaciones modestas.
En Windows, especialmente en las versiones más recientes, el consumo de recursos es considerablemente mayor, lo que puede afectar el rendimiento de sistemas más antiguos.
15. Mayor seguridad contra virus y malware
Debido a su naturaleza abierta y la arquitectura del sistema, Linux es menos susceptible a virus y malware en comparación con Windows. Además, la comunidad de código abierto está constantemente revisando y corrigiendo vulnerabilidades, lo que hace que el sistema sea más seguro.
En Windows, debido a su amplia base de usuarios, es un objetivo más frecuente para virus y ciberataques. Se requiere un software antivirus para mantener la seguridad del sistema.