Definitivamente el asaltante es amigo de la comunidad de software libre, conoce lo que hace.
Algunos medios incluso hablan de un “cybergate”, ya que Grimm es un ex agente del FBI que se enfrenta a una investigación federal en curso por recaudación ilegal de fondos.
En todo caso el saldo son dos ventanas rotas y poco más, ya que la información robada o borrada (aún no está claro) estaba en copias de seguridad y podrá ser volcada de nuevo y además parece que los datos verdaderamente confidenciales estaban en otros sitios.
La oficina no contaba con sistema de alarma alguna y por lo que cuentan la la seguridad en las computadoras también brillaba por su ausencia. La curiosidad del caso es ese Linux (no se ha revelado la distro) que dejaron instalado en todos los equipos.
Fuente: MuyComputer.com
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