Con un nombre que era un guiño al grupo de humoristas Monty Python, Van Rossum asumió el papel del BDFL de Python y siguió a la cabeza de los desarrollos de este lenguaje. En 1991, Van Rossum publicó la versión 0.9.0 del lenguaje en el que aparecían clases con herencia o excepciones, en 1994 se formó el primer foro de discusión alrededor de este lenguaje además de lanzarse, en el mes de enero, la versión 1.0 del lenguaje (que incluía herramientas para programación funcional). En 1995, Van Rossum dejó el Centro para las Matemáticas y la Informática de los Países Bajos y se marchó a Estados Unidos a continuar el desarrollo de Python en la Corporation for National Research Initiatives hasta que en el año 2000, Van Rossum y su equipo de desarrolladores se marcharon a BeOpen.com donde lanzaron Python 2.0 (que incluía un recolector de basura) hasta marcharse, de nuevo, a Digital Creations (ambos movimientos motivados por la idea de trabajar en software comercial).
En el año 2000 Python era bastante popular y, según la licencia de este lenguaje, estaba sujeto a la legislación del Estado de Virginia, lo cual era incompatible con la licencia GPL. En el año 2001, se creó la Python Software Foundation (PSF), siguiendo el modelo de Apache y se lanzó Python 2.1 bajo la licencia Python Software Foundation License. Esta fundación sin ánimo de lucro, a día de hoy, es la que salvaguarda todo el código de Python y toda su documentación, fomenta la comunidad de desarrolladores y es la encargada de impulsar el desarrollo de este lenguaje. Desde entonces, Python ha seguido evolucionando hasta llegar a la actual versión 3.2 que fue lanzada el 20 de febrero de este año.
Python, además de ser un lenguaje de programación, también es una filosofía de trabajo que busca desarrollos legibles y transparentes frente a códigos ilegibles y ofuscados. Esta filosofía se resume perfectamente en el Zen de Python:
Hermoso es mejor que feo.
Explícito es mejor que implícito.
Simple es mejor que complejo.
Complejo es mejor que complicado.
Sencillo es mejor que anidado.
Escaso es mejor que denso.
La legibilidad cuenta.
Los casos especiales no son lo suficientemente especiales para romper las reglas.
Lo práctico le gana a la pureza.
Los errores no debe pasar en silencio.
A menos que sean silenciados.
En cara a la ambigüedad, rechazar la tentación de adivinar.
Debe haber una - y preferiblemente sólo una - manera obvia de hacerlo.
Aunque esa manera puede no ser obvia en un primer momento a menos que seas holandés.
Ahora es mejor que nunca.
Aunque “nunca” es a menudo mejor que “ahora mismo”.
Si la aplicación es difícil de explicar, es una mala idea.
Si la aplicación es fácil de explicar, puede ser una buena idea.
Los espacios de nombres son una gran idea ¡hay que hacer más de eso!
Python está presente en muchas de las aplicaciones y servicios que utilizamos de manera habitual, por ejemplo, el cliente oficial de Dropbox está desarrollado en Python, el Software Center de Ubuntu, el gestor de ebooks Calibre (que está escrito en Python y en C), el servicio de streaming Flumotion, el gestor de listas de correo Mailman o, incluso, YouTube también lo utiliza.
De hecho, desde el año 2005, Guido van Rossum trabaja en Google como desarrollador donde, como no, trabaja con Python.
Màs información: http://www.python.org/psf/
Licencia: http://docs.python.org/license.html
Más información sobre Guido van Rossum: http://es.wikipedia.org/wiki/Guido_van_Rossum
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