Primero fue el gobierno alemán el que recomendó a sus ciudadanos abandonar el navegador web de la compañía de Redmond en favor de otras opciones, postura a la cual se ha añadido ahora el gobierno francés. Los correspondientes anuncios han sido realizados a través de las respectivas autoridades gubernamentales encargadas de velar por la seguridad de la infraestructura de Internet en ambos países.
En el caso germano, y según informa la prestigiosa cadena de noticias británica BBC, la Bundesamt für Sicherheit in der Informationstechnik (Oficina Federal para la Seguridad de la Información alemana) tilda al Internet Explorer como el eslabón más débil de la cadena de seguridad en los ataques recientemente sufridos por Google, punto que Microsoft niega añadiendo que con las preferencias de seguridad elevadas al máximo, su navegador es seguro, algo que el organismo germano niega.
La multinacional norteamericana también argumenta que los ataques sufridos por Google tenían un propósito específico, lo que mantiene este tipo de ataques alejados del consumidor final.
Por parte gala, ha sido la agencia gubernamental CERTA (Centre d'expertise gouvernemental de réponse et de traitement des attaques informatiques) la que se ha adherido a la postura alemana recomendando, literalmente, el uso de un navegador alternativo.
El agujero de seguridad explotado en los recientes ataques sufridos por Google afecta a la versión 6 del Internet Explorer y el código del exploit (que permite utilizar la vulnerabilidad para acceder ilícitamente a un sistema informático) ha sido publicado en Internet, pudiendo ser empleado arbitrariamente y, por lo tanto, con un potencial de afectar al 21% de la población internauta mundial* (recalco que es potencial). Desde Microsoft se insiste en que con la actualización a la versión 8 del programa (que, efectivamente, ha recibido críticas positivas por la mejora en su seguridad) y aumentando al máximo las preferencias de seguridad, el problema está resuelto.
¿Cuestión política?
Aunque la recomendación de apartar el Internet Explorer responda a criterios técnicos respaldados por una gran parte de la comunidad informática dedicada al sector de la seguridad, cabe preguntarse si en la toma de esta decisión por parte de ambos gobiernos europeos no ha jugado, además, otro factor de cariz político.
En el caso francés la cosa puede estar más clara; si bien la rivalidad con el gobierno estadounidense es mínima (y, de hecho, son dos países que históricamente se han entendido muy bien), el proteccionismo galo sobre su industria e intereses sí puede haber jugado un cierto papel en esta decisión; si bien el país no dispone de ninguna empresa de software de primera línea que produzca navegadores web, sí puede tener alguna que se dedique a crear soluciones 'llaves en mano' a partir de aplicaciones cloud basadas en otros navegadores como Firefox. O bien disponer de algún proyecto para impulsar una industria de este tipo.
De hecho, el intervencionismo galo en el sector tecnológico -considerado como estratégico en aquel país- tiene episodios destacables como los de las empresas CII y Bull, cuyo devenir ha dependido de ejecutivos como el ya tan lejano en el tiempo del General de Gaulle (y más si hablamos de tiempo en términos de la industria tecnológica, en la que todo avanza más rápidamente). Por parte germana cuesta más entrever por donde van los tiros, aunque no son pocas las administraciones alemanas (tanto a nivel local como regional) que han apostado con fuerza por GNU/Linux, especialmente con el nacimiento de SuSE, posteriormente adquirida por Novell.
* Cifra extraída de las últimas estadísticas publicadas por Net Applications y correspondiente a la distribución de usuarios según versión del navegador de diciembre de 2009. Nuevamente, recalco que este dato viene a indicar la población internauta que puede ser afectada, no la que será afectada en un futuro, dato éste que no puede ser conocido.
Por: Guillem Alsina (imatica.org)
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