
La transición hacia Linux se está probando ahora con un proyecto piloto que se prevé extender progresivamente a todas las oficinas, hasta completarla en mayo, cuando el sistema completo entrará en producción. Para entonces, todo lo que los usuarios encontrarán en su escritorio será software libre: usarán el navegador Firefox, el gestor de correo electrónico Thunderbird, y una calculadora libre. La distribución de Linux elegida ha sido Ubuntu.
Pablo Ruiz, responsable de software libre en Entel, explica que el cambio desde el software propietario al de código abierto ha sido muy gradual. En la decisión de cambio ha influido decisivamente que el hecho de que Caja de Guadalajara utilizaba Windows NT, una versión bastante antigua del sistema operativo de Microsoft para la que ya no existe siquiera soporte técnico oficial.
El salto a otro sistema era necesario, y a parte del ahorro que según Entel éste ha supuesto, otras razones han llevado a la entidad a elegir software libre. Tanto Ruiz como Andrés Seco, responsable de sistemas de Caja Guadalajara, coinciden en señalar que uno de los objetivos era lograr independencia respecto al proveedor de sistemas informáticos, no quedar atado a un vendedor porque es el único de proporcionar soluciones para el software que usa la caja.
De hecho, persiguiendo ese fin, se diseñó un terminal financiero que pese a funcionar sobre Windows NT utiliza la plataforma Java, liberada recientemente por Sun como código abierto. Esto ha facilitado también la transición a Linux, pues es compatible con éste sistema y no ha sido necesario actualizarla.
También a jugado a favor de Linux que los responsables de sistemas de la caja “ya llevaban varios años migrando a este sistema la parte de servidor, y tras el cambio han registrado menores tiempos de caída, teniendo los técnicos más tiempo para mejorar los servicios”, explica Ruiz.
¿Sería aplicable el cambio en todas las empresas? El responsable de código abierto en Entel dice que no puede afirmarse categóricamente que el software libre siempre sea mejor que el propietario. “Sobre el papel, en el mundo del software libre hay de todo, programas buenos y otros que son malísimos, pero en la práctica mi experiencia es que puestos frente a frente, es más fácil y rápido solucionar los problemas del código abierto que del propietario”.
Fuente: El País