
Para una administración pública en la actualidad una distribución GNU/Linux no es un fin, sino un medio. Una herramienta que debe cumplir una serie de requisitos, tanto genéricos como específicos del ámbito (geográfico y funcional) al que va dirigida. Los esfuerzos de la administración deben enfocarse sobre aquellos aspectos en que se detectan mayores carencias, no deben emplearse en reimplementar soluciones existentes y satisfactorias.
Una de las mayores virtudes del software libre reside en la reutilización y, para que se ponga de manifiesto es necesario concentrar una masa considerable de usuarios en torno a una serie de opciones comunes, de modo que cualquier esfuerzo que se haga en favor de ese núcleo común sea beneficioso para un elevado número de personas y que – visto de otra manera – el esfuerzo requerido para garantizar la calidad se reparta entre el mayor número posible de entidades o personas.
En este sentido Ubuntu se presenta como una distribución GNU/Linux a considerar en la evolución de las distribuciones GNU/Linux de las administraciones públicas. Las principales características de Ubuntu son:
- Proyecto libre 100%. Pese a estar esencialmente patrocinado por una empresa, la distribución se declara públicamente 100% libre y perteneciente a la comunidad Ubuntu.
- Basado en Debian.
- Amplio equipo de desarrollo (38 empleados de Canonical + multitud de voluntarios).
- Gran aceptación entre la comunidad del software libre.
- Dirigida al escritorio de propósito general.
- Detección y configuración de hardware de las más avanzadas y actualizadas.
- Orientada a los distintos lenguajes del mundo y a facilitar y agilizar su traducción.
- Pensada desde el principio para la fácil creación de distribuciones derivadas (herramientas colaborativas ínter-distribuciones presentes en Launchpad, la suite de herramientas de desarrollo/mantenimiento/traducción de Ubuntu).
- Acuerdos de colaboración establecidos con Gnome y con otros “upstream developers”.
- Integración en la maquinaria de depuración de Debian y de algunos “upstream developers”.
- Ciclo de liberación definido:
- Una versión cada 6 meses
- Primera versión de prueba a las 6 semanas
- Una versión de prueba cada 2 semanas
- Versión preview a -1 mes
- Versión “release candidate” a -1 semana
- Actualizaciones críticas y de seguridad durante 18 meses para cada versión
- Línea de trabajo para hacer Ubuntu conforme a LSB 2.0
A tenor de estos hechos se plantea el siguiente interrogante:
¿Sería interesante usar Ubuntu como base para la próxima versión de nuestra distribución?
Para resolverlo, hemos mantenido recientemente una reunión con representantes (directivos y técnicos) de Canonical; de la conversación habida se extraen las siguientes
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