El inventor David Hanson, padre de “Frubber“, una piel robótica similar a la humana, y de la cabeza robótica de Albert Einstein, acaba de presentar en sociedad a su último y más reciente hijo: Zeno, un niño robot de 43 centímetros de alto y 2 kilos de peso, que puede caminar, hablar, expresar emociones y mantener contacto visual.
Se trata de un "robot conversacional " inteligente y que formará parte de la línea "Robokind" de robots personales interactivos de Hanson. Y si bien todavía faltan al menos dos años para la llegada al mercado de Zeno, algunas de sus características resultan francamente impresionantes.
El equipo de Hanson diseñó y contruyó la cabeza de Zeno y encargó a Tomotaka Takahashi la construcción del cuerpo, basada en el popular dibujo animado japonés Astroboy.
Bajo una piel flexible, el robot cuenta con 12 motores (otros 18 en el resto del cuerpo) que le permiten adoptar una amplia gama de expresiones. Tras uno de sus ojos hay una cámara que le permite reconocer las caras.
En cuanto a la voz, hay que decir que se genera por medio de la tecnología text-to-speech (conversión de texto a voz), tanto de forma dinámica como a partir de información previamente escrita. De hecho, Zeno cuenta historias y en un futuro no se descarta que pueda recontar sus aventuras con amigos.
Aunque finalmente Zeno contará con una estación de carga incorporada, por ahora la batería debe ser enchufada cada una hora aproximadamente.
La última creación se diferencia de tros robots en que la mayor parte de su inteligencia está fuera de él, es decir en computadoras externas. El prototipo actual está conectado a una PC con Linux y otra con XP; mientras que la versión final utilizará una máquina con Windows en red conectada a través de una WiFi 802.11g.
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