"La educación nos hace libres, pero también iguales, y el ordenador, una herramienta de trabajo, garantiza la igualdad de oportunidades", afirmó Griñán tras visitar el centro. "Me ha dicho el presidente que con las dos manos se escribe más rápido", susurra Nerea, que teclea como casi todo el mundo: "Con dos dedos de una y dos de otra".
Comunidades al margen Andalucía, que repartirá hasta febrero 173.595 ordenadores en centros públicos y concertados, ha destinado este año 80 millones de euros al programa. Sólo Madrid, Murcia y Valencia gobernadas por el PP han rechazado el convenio. La excusa del Gobierno de Camps llegó a suscitar la risa de muchos oftalmólogos: unos ordenadores tan pequeños generan miopía, alegó Alejandro Font de Mora, el conseller que apostó por impartir Ciudadanía en inglés. Y ayer, el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, empozoñó aún más el Plan 2.0 al pedir "menos portátiles y menos demagogia".
En un comunicado, la consejera andaluza de Educación, Mar Moreno, lamentó que Arenas prefiera "una tecnología de élites que llegue sólo a los alumnos que ya tienen un ordenador en casa", y pidió a los conservadores andaluces que se aclaren: "Que digan si quieren un modelo miope, como el que defiende Camps, o si se decantan por los portátiles, como ha hecho Núñez Feijóo en Galicia".
Con Software libre
Los portátiles, que pesan 1,5 kilos, disponen de una pantalla de 10,1 pulgadas y están equipados con software libre (Gualinex EDU). "Son adecuados porque su capacidad de procesamiento es suficiente para las tareas educativas y apuesta por un sistema operativo gratuito, que cuenta con una gran comunidad que lo soporta, que promueve el software libre y comparte el conocimiento", explica Miguel Ángel Artaso, ingeniero informático.
En el mercado, este ordenador con un sistema Windows más caro y menos seguro, según los expertos cuesta unos 350 euros. "Sí hay una pega, pero a todos los portátiles. El brillo de la pantalla cansa la vista", añade.
María, de momento, no se siente fatigada. Es la única chica de 5º B que lleva gafas. "Veo bien, es una redacción sobre Darwin, muy guay", dice mientras copia de una pizarra digital el año de nacimiento del biólogo. "Es un gran avance y una gran herramienta para cualquier materia", explica la profesora, Macarena Muñoz, que elige un texto científico para la clase de lectura comprensiva en Lengua. A la derecha, aún cuelga la pizarra de tizas.
Los maestros han recibido formación para manejar el material. Ahora son los padres quienes deben entrar en el proceso de aprendizaje ayudando a sus hijos a hacer un buen uso del portátil. La Junta ha elaborado una guía para las familias.
Fuente: publico.es
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