Nuestro grupo trabaja en estimas de parámetros demográficos con información del individuo que es muy valiosa porque, además de saber si está vivo o muerto, nos aporta datos de otros muchos aspectos. El problema fundamental es reconocerlos, comenta el investigador Giacomo Tavecchia del Grupo de Ecología y Demografía Animal (GEDA) del IMEDEA (UIB-CSIC).
Las características únicas del cuerpo se emplean cada vez más en la identificación individual para evitar el esfuerzo y los posibles efectos negativos de la técnica de captura marca recaptura.El GEDA lleva más de una década estudiando la lagartija balear (Podarcis lilfordi) en islotes del sur de Mallorca, y las poblaciones que investiga son melánicas negras¿cómo distinguirlas? Excepto por el tamaño, todas parecen iguales, pero si nos fijamos atentamente, la combinación de escamas en la parte ventral es al azar y cada individuo tiene la suya.
Este fue el punto de partida para diseñar el programa informático APHIS (Automatic Photo Identification Suite) que permite, con una foto de esta zona, identificar a cada animal, exactamente igual que una huella dactilar. El software fue desarrollado por este grupo del IMEDA en colaboración con el Dr. Óscar Moya de la Fundación Bit.Salió oficialmente en 2015, pero yo comencé a probarlo en 2011, cuando realizaba mi tesis sobre tres poblaciones de lagartijas melánicas en islotes del sur de Mallorca, explica Andreu Rotger, investigador del Grupo de Ecología y Demografía Animal del IMEDEA.
Anteriormente, este trabajo se hacía de forma manual, se miraba el patrón de escamas en las fotografías, pero hay que pasar mucho tiempo observándolas y es fácil cometer errores, porque después de ver muchas imágenes, es difícil distinguir nada. Tenemos clasificados más de 2.000 individuos de lagartija balear y la principal ventaja es que el animal no se mutila ni estresa, se trata de una técnica no invasiva.
Para el estudio de las poblaciones de lagartijas, se pesan, miden y fotografían, volviéndose a soltar en la misma zona donde fueron capturadas. Posteriormente, las imágenes se pasan por el programa APHIS que reconoce los patrones de escamas ventrales que se forman en su piel.Este software puede emplearse con otras especies, el reto es encontrar el carácter o región del animal que lo diferencia del resto.
Recientemente, Andreu Rotger lo ha aplicado a las culebras de Ibiza, concretamente, a la de herradura (Hemorrhois hippocrepis) una especie invasora que fue introducida a principios del siglo XXI, transportada en los olivos y otros árboles ornamentales. El investigador vio que una línea de escamas en una parte de la cabeza podría tratarse de un patrón único.
A raíz de un programa de control, contactaron conmigo el Cofib (Consorcio para la Recuperación de la Fauna de Balears) y el Consell Insular de Ibiza, y surgió la idea de ver si las culebras se podían identificar por las fotos, apunta Rotger, y todos los individuos que formaban parte del estudio fueron reconocidos por APHIS de forma automática.El estudio piloto se llevó a cabo en una parcela de Ibiza; se fotografió la cabeza de todos los individuos capturados y recapturados durante un mes, para comprobar que el patrón de escamas que tenía cada serpiente era único.
Las fotos fueron analizadas con APHIS delimitando el área de interés con tres puntos de referencia y dibujando dentro de ella el patrón que tenía cada individuo, marcando las intersecciones de las escamas. Para comprobar la validez del método y saber en todo momento de qué individuo recapturado se trataba, se marcaron con un chip todos los ejemplares capturados por primera vez, y ha sido un éxito.
fuente:elmundo.es
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